La función del sistema esquelético es la de proporcionar soporte estructural al cuerpo, proteger órganos vitales, permitir el movimiento y participar en la producción de células sanguíneas y minerales. Los huesos del sistema esquelético forman el esqueleto que sostiene los tejidos y órganos del cuerpo, además de proteger órganos internos como el cerebro y los pulmones.
Los huesos también actúan como palancas y puntos de anclaje para los músculos, permitiendo el movimiento y la locomoción.
Además, la médula ósea en los huesos produce glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, y almacena minerales como el calcio y el fósforo, que son esenciales para diversas funciones celulares. En resumen, el sistema esquelético es vital para la estructura, el movimiento y la salud general del cuerpo.
Deja tu comentario