La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias durante el bombeo del corazón.
Se mide mediante dos valores: la presión sistólica, cuando el corazón se contrae, y la presión diastólica, cuando el corazón se relaja entre latidos.
Se expresa en milímetros de mercurio (mmHg). La lectura típica es, por ejemplo, 120/80 mmHg.
La presión arterial adecuada es esencial para la circulación sanguínea y la salud cardiovascular, y su desequilibrio puede contribuir a problemas como enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares.
¿Qué es un buen nivel de presión arterial?
Los niveles de presión arterial se clasifican generalmente en las siguientes categorías según las pautas médicas:
- Óptima:
- Sistólica: Menos de 120 mm Hg
- Diastólica: Menos de 80 mm Hg
- Normal:
- Sistólica: 120-129 mm Hg
- Diastólica: 80-84 mm Hg
- Normal alta (Prehipertensión):
- Sistólica: 130-139 mm Hg
- Diastólica: 85-89 mm Hg
- Hipertensión Etapa 1:
- Sistólica: 140-159 mm Hg
- Diastólica: 90-99 mm Hg
- Hipertensión Etapa 2:
- Sistólica: 160 o más mm Hg
- Diastólica: 100 o más mm Hg
- Crisis hipertensiva:
- Sistólica: Mayor de 180 mm Hg
- Diastólica: Mayor de 120 mm Hg
Es importante destacar que estos valores son pautas generales y que los límites pueden variar según la edad, el estado de salud general y otros factores.
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