Las analogías son una herramienta lingüísticas que se utiliza para establecer relaciones de semejanza o parecido entre dos pares de palabras o conceptos.

 

Es decir, en una analogía, se comparan como normal genera, dos elementos, que suelen relacionados de manera abstracta o conceptual. Lo mejor para que entiendas este concepto, es que veas unos cuantos ejemplos. Presta atención a las analogías de la siguiente ficha:

Ejemplos de analogias

Estas comparaciones ayudan a comprender y relacionar ideas de manera más clara.

Por ejemplo, en la analogía «amor es a felicidad como odio es a tristeza», se establece una relación entre dos pares de conceptos para que podamos entender la relación emocional que hay entre estas dos palabras.

Algunos ejemplos más de analogías

  • La mente es como un ordenador, procesa la información de manera constante.
  • La alegría en su rostro era como un sol brillante en un día despejado.
  • El hambre en su estómago era como un lobo rugiendo.
  • La mentira es como una telaraña, atrapa a quien la teje.
  • La perseverancia es como un martillo que rompe las barreras.
  • El dinero es como un río, fluye y se agota si no se administra bien.
  • La esperanza es como un faro en medio de la oscuridad.
  • El tiempo es como un reloj que nunca se detiene.
  • La vida es como un viaje en barco, a veces tranquilo y otras veces tormentoso.
  • La paciencia es como una semilla que crece lentamente en un árbol fuerte.
  • La memoria es como un archivo que almacena experiencias pasadas.
  • La tristeza en sus ojos era como una nube gris sobre un día soleado.
  • El miedo es como una sombra que acecha en la oscuridad.
  • El talento es como una chispa que puede encender grandes fuegos.
  • La curiosidad es como una llave que abre la puerta del conocimiento.
  • La lealtad es como un ancla que mantiene los lazos fuertes.
  • La belleza es como una flor que florece con el tiempo.
  • La amabilidad es como un puente que une a las personas.
  • La mente de un niño es como un lienzo en blanco, listo para ser pintado con experiencias.
  • El cambio es como el viento, a veces suave y otras veces arremolinado.