El epíteto es una figura retórica en la que se utiliza un adjetivo innecesario para describir una característica que es inherente o evidente del sustantivo al que acompaña.
Por lo tanto, la función principal que tiene es la de resaltar una cualidad que ya está implícita en el nombre. La mejor forma de entender esta figura retórica o literaria, es a través de los ejemplos. Echa un vistazo a estos ejemplos de epítetos:
Por ejemplo, en «mar azul» o «nieve blanca», los adjetivos «azul» y «blanca» son innecesarios ya que se sobreentiende que el mar es azul y la nieve es blanca.
Veamos más ejemplos de epítetos
- La brillante luna iluminaba la noche.
- El río tranquilo refleja el cielo azul.
- El viento suave acaricia mi piel.
- La risa contagiosa de los niños alegra el día.
- La elegante dama caminaba con gracia.
- El valiente soldado defendió su país.
- El perfume embriagador de las flores.
- El melódico canto de los pájaros al amanecer.
- La fresca brisa del mar refresca el ambiente.
- La imponente montaña se alza majestuosa.
- El tranquilo pueblo se encuentra en el bosque.
- El coche rojo pasó velozmente por la carretera.
- El jugoso melocotón era irresistible.
- El sabio anciano compartió su sabiduría.
- La tierna caricia de tu mano me reconforta.
- La serena mirada de la estatua antigua.
- La enigmática sonrisa de la modelo.
- La apasionada declaración de amor.
- El intenso aroma de la café recién hecho.
- El enérgico aplauso del público emocionado.
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