El magma, en su origen, proviene de la fusión parcial de rocas en el manto terrestre, donde las elevadas temperaturas y presiones provocan que minerales sólidos se fundan en una masa fluida.
Esta mezcla, que se encuentra extremadamente caliente, se acumula en la cámara magmática, una cavidad subterránea bajo la corteza terrestre.
La composición del magma varía, siendo dominada por silicatos, pero también incluye gases como vapor de agua y dióxido de carbono, así como otro tipo de minerales disueltos.
La movilidad del magma hacia la superficie puede desencadenar una erupción volcánica, liberando una combinación de lava, cenizas y gases.
Deja tu comentario