La Ley de Murphy sostiene que «si algo puede salir mal, saldrá mal». Es un principio humorístico que refleja la idea de que cualquier situación, por improbable que sea, tiene el potencial de complicarse.
Nombrada en honor al ingeniero Edward A. Murphy, se aplica a experiencias cotidianas donde los errores o contratiempos parecen inevitablemente ocurrir.
Esta ley sugiere que las cosas tienden a ir mal en el momento menos oportuno, destacando la inevitabilidad de la imperfección en la vida y el ingenio humano.
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