La piel rodea cada parte exterior de nuestro cuerpo, por lo que es el órgano más grande que tenemos. Lo cubre completamente todo. Además de ser una gran protectora de la temperatura exterior, la piel también nos protege de la luz, las lesiones que podamos tener y de posibles infecciones.
La piel también es la encargada de regular nuestra temperatura corporal. La piel humana almacena agua y grasa en sus capas, impidiendo la pérdida de agua y que posibles bacterias puedan entrar a nuestro organismo. Por lo tanto, la piel actúa como una verdadera barrera entre el organismo y el entorno exterior que nos rodea. Nuestra piel está formada por tres capas: Epidermis, dermis e hipodermis.
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