Una introducción es la parte con la que inicia un texto, es decir, lo primero que nos encontramos. En la introducción, se le proporciona al lector una idea principal y general de lo que le acontece a continuación, ademas de contextualizarlo acerca de lo que va a leer. Una buena introducción, debe ser clara y concisa, ya que servirá como hoja de ruta para el lector.
Las introducciones bien redactadas suelen indicar un argumento principal o la posición sobre un tema, y posteriormente describen los puntos principales del texto del cuerpo principal.
Características de una buena introducción
- Es lo primero que ve el lector cuando se enfrenta a leer un texto: Asegúrate de que la primera impresión sea buena.
- Una buena introducción debe atraer la atención del lector: Esto, básicamente generará en nuestro lector un interés por continuar leyendo.
- Presenta siempre claramente el tema y explica de qué tratará.
- Debe sonar como que sabes perfectamente de lo que estás hablando. Es decir, debe ser exacta y verídica.
- Trata de comunicar la importancia del texto: Persuadir al lector de la importancia de tu trabajo es muy bueno, ademas de explicarle la razón por la que debería de seguir leyendo
¿Qué incluir en una buena introducción?
- Usa alguna información o contexto relevante para darle una idea al lector acerca de tu enfoque y argumento.
- Proporciónale una declaración de tesis clara que establezca su interpretación del material.
- Dale una descripción general de la estructura de tu ensayo.
- Señalización para el lector de hacia dónde se dirige sin indicar directamente cada paso.
- Comenta lo que está por venir o esbózalo, no dejes al lector adivinando como
a cuál es tu punto. - Presenta tu punto de vista y haz un breve argumento introductorio para ello.
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